El Ing. Brayan Alarcón Balbín, docente del Programa de Estudios Salud y Seguridad Ocupacional del Instituto de Educación Superior Daniel Alcides Carrión, brinda algunas pautas para que en los centros laborales se elimine todo acto de violencia contra la mujer.
“Las organizaciones pueden contribuir brindando asesoría y capacitación sobre los derechos fundamentales de las personas, el respeto y la dignidad, las normativas legales aplicables y todo tipo de información relacionada con sus derechos. Asimismo, pueden canalizar las denuncias con los organismos responsables del Estado, garantizando siempre confidencialidad”, indicó.
El especialista del Instituto Carrión refiere que la violencia contra la mujer en el ámbito laboral continúa siendo un problema estructural que afecta a millones de profesionales en todo el mundo. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aproximadamente el 35 % de las mujeres han experimentado alguna forma de violencia o acoso en el entorno laboral, lo que representa un grave obstáculo para la igualdad de oportunidades y el desarrollo profesional.
En ese sentido, el Ing. Alarcón resalta la importancia de identificar que la violencia contra la mujer en el trabajo se manifiesta a través de múltiples dimensiones, entre ellas:
Violencia psicológica: mediante intimidación, menosprecio y desvalorización sistemática, como comentarios denigrantes o sexistas.
Acoso sexual: comportamientos no deseados con connotación sexual que generan un ambiente hostil.
Discriminación estructural: limitación de oportunidades basada en género.
Violencia económica: diferencias salariales injustificadas.
Exclusión en espacios de decisión: marginación de mujeres en puestos de liderazgo.
Teniendo en cuenta ello, y en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25 de noviembre), el Ing. Brayan Alarcón recomienda la implementación de las siguientes medidas para prevenir esta problemática en el trabajo:
Crear una política integral de prevención y sanción: Desarrollo de marcos normativos internos que definan claramente conductas inaceptables, establezcan procedimientos de investigación transparentes, contemplen sanciones proporcionales, garanticen protección contra represalias y promuevan una cultura organizacional de respeto.
Diseñar campañas de sensibilización y educación: implementación de programas formativos que aborden conceptos de equidad y derechos humanos, identificación de conductas discriminadoras, construcción de masculinidades no violentas, empoderamiento y autocuidado, estrategias de comunicación asertiva y resolución no violenta de conflictos.
Establecer canales de comunicación seguros: Creación de múltiples mecanismos de reporte con líneas telefónicas confidenciales, formularios digitales anónimos, buzones físicos y virtuales, acompañamiento psicológico, asesoría legal gratuita y seguimiento de casos.
Delimitar procedimientos estructurados de identificación y sanción: Desarrollo de metodologías que incluyan protocolos de actuación claros, equipos interdisciplinarios de investigación, principios de confidencialidad, medidas cautelares, registro y sistematización de casos e informes periódicos de gestión.
Mantener un monitoreo integral de riesgos: Sistema de evaluación continua mediante diagnósticos periódicos, indicadores de clima laboral, encuestas de percepción, análisis de factores de riesgo, mapeo de puntos críticos e intervenciones preventivas.
Según el docente de la carrera de Salud y Seguridad ocupacional del Instituto Carrión, una cultura organizacional basada en la prevención de riesgos juega un papel muy importante al enfrentar la violencia contra la mujer.
“Es objetivo de la Ley 29783, Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo, promover una cultura de prevención de riesgos laborales que debe estar alineada a nivel organizacional. Las empresas y organizaciones que no implementen medidas para prevenir o erradicar esta violencia podrían enfrentar desde sanciones administrativas hasta responsabilidad plena, dependiendo de la gravedad del caso y del número de trabajadores expuestos”, concluyó el especialista del Instituto Carrión.
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