Romy Quintana Soto, docente del programa de Podología del Instituto de Educación Superior Daniel Alcides Carrión, advierte que factores como el calor, la humedad, el sudor y el uso de calzado inadecuado pueden generar varios problemas podológicos, por lo que el cuidado de los pies, indica, y la atención podológica son fundamentales.
“Mantener unos pies saludables durante el verano no solo es una cuestión estética, sino de salud y bienestar”, afirma Romy Quintana, quien es enfermera técnica y podóloga.
Quintana refiere que el Instituto Carrión fomenta la práctica del cuidado de los pies y la atención podológica en albergues municipales, para garantizar la salud y el bienestar de las personas que viven en condiciones vulnerables. “Solo entre enero y febrero, nuestros estudiantes atendieron a más de 80 personas de forma gratuita”, informa.
Precisamente, para tener unos pies bien cuidados durante el verano, la especialista nos brinda las siguientes recomendaciones:
Mantener los pies limpios y secos. El calor y la humedad generan sudor y un ambiente ideal para la proliferación de hongos o infecciones como el pie de atleta. Para evitarlo, lava tus pies a diario con agua y jabón, sécalos minuciosamente, especialmente entre los dedos, y usa calcetines de algodón o materiales que absorban la humedad.
Usa calzado adecuado y transpirable. Las sandalias abiertas son la elección favorita del verano, pero no todas son amigables con la salud de tus pies. Opta por aquellas que permitan la ventilación, pero que ofrezcan buen soporte y amortiguación. Evita las que tienen suelas planas o demasiado rígidas, debido a que pueden causar callos, durezas y molestias al caminar.
Hidrata tus pies a diario. La exposición al sol, el agua salada del mar y el cloro de las piscinas resecan la piel, lo que puede provocar grietas, especialmente en los talones. Aplica una crema hidratante con ingredientes como urea, glicerina o manteca de karité después de la ducha, evitando la zona entre los dedos.
Protege tus pies del sol. Es un paso que muchos olvidan, pero que es fundamental para evitar quemaduras y envejecimiento prematuro de la piel. Usa un protector solar de amplio espectro y vuélvelo a aplicar después de entrar al agua o al cabo de unas horas de exposición.
Evita caminar descalzo en lugares públicos. Piscinas, duchas y vestuarios públicos son focos de hongos y bacterias. Utiliza sandalias o zapatos de agua en estos espacios para evitar infecciones como el pie de atleta o verrugas plantares.
“Mantener una rutina adecuada de higiene, hidratación y protección contra el calor no solo previene de afecciones comunes, sino que también promueve una mayor calidad de vida y bienestar. La atención podológica regular es clave para detectar y tratar problemas desde el inicio, evitando complicaciones mayores”, señala la docente del programa de Podología del Instituto Carrión.
Aplicar una crema hidratante después de la ducha, evitando la zona entre los dedos, recomienda Romy Quintana, docente del programa de Podología del Instituto Carrión.
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