El nuevo perfil del líder empresarial pospandemia
El papel de un líder es preponderante y tiene que ser observado para adaptarse a la nueva normalidad.
Esther Ludeña
Directora de Sedes del Instituto Carrión
Desde el origen de la humanidad, los eventos catastróficos siempre han afectado el rumbo de la historia, después de la pandemia del covid-19 nada será igual y las consecuencias se evidencian en las conductas de los trabajadores.
En el ámbito laboral decimos que lo más importante en una organización son las personas, su salud y bienestar, o al menos así tendría que ser. Sin embargo, el aislamiento nos arrebató el trato social, infundió el miedo al contagio, lo que afectó la salud mental de muchos. También nos acostumbró a estar en casa, más cerca de la familia, ahorrar en los costos de movilidad y alteró los hábitos horarios de gran parte de la población.
El papel de un líder es preponderante y tiene que ser observado para adaptarse a la nueva normalidad. Más que nunca se debe identificar su verdadera misión, que no es marcar un camino, sino ser una persona digna de ser seguida. Es necesario que se preocupe por el bienestar de los demás, que sea resiliente, capaz de contagiar esperanza a sus colaboradores y compañeros para escuchar y considerar las ideas e inquietudes a fin de generar una lluvia de ideas que permita descubrir en equipo oportunidades donde el individualismo no permite verlas.
En esta tarea, la comunicación es un factor clave para fortalecer su liderazgo. Hoy tiene la oportunidad de escuchar más, de hablar con transparencia, de ser cada vez más asertivo. Sin embargo, debe tener en cuenta que ahora muchas comunicaciones se dan mediante las videoconferencias, en las que nos perdemos más del 80% del lenguaje no verbal de las personas. Por ello, es indispensable que afine más el oído, busque señales mínimas en los rostros, pregunte más y se guarde menos para que sus colaboradores entiendan que no los pueden leer como antes.
Un buen líder no debe negarse a mostrar vulnerabilidad, ya que lo hace más humano y confiable, ayudándolo así a conectar mejor con su equipo de trabajo. Finalmente, también debe identificar a todos los colaboradores con potencial de liderar en los distintos niveles de la organización y capacitarlos para que se identifiquen los objetivos comunes y producir un efecto multiplicador capaz de adaptarse a nuevas maneras de trabajo.
Fuente: El Peruano