De vuelta a la presencialidad: retos y oportunidades
Tatiana Tuesta
Directora general del Instituto Daniel Alcides Carrión
El inicio de la pandemia, sin lugar a duda, puso a prueba al sector educativo mundial y, más aún, al nuestro; ello debido a las grandes brechas de desigualdad que nos aquejan desde hace muchos años. Para revisar un poco nuestro contexto: por mucho tiempo, en el Perú el espacio predilecto para recibir el proceso de enseñanza-aprendizaje (E-A) ha sido el aula de clases, ya sea en el nivel de educación básica regular o en el nivel superior.
Pero el covid-19 reconfiguró drásticamente esta realidad, replanteando el proceso tradicional y presentando retos y oportunidades para los estudiantes y para el sector mismo. Así, hoy las tareas fundamentales de todas las instituciones educativas son generar y reforzar estrategias que alternen la presencialidad con la virtualidad, ya que se ha comprobado que la enseñanza en un espacio virtual sí genera un aprendizaje efectivo si es aplicado de modo correcto. El gran reto de las instituciones va por cubrir requerimientos como formar aquellas capacidades que solo la presencialidad ofrece, reforzar la socialización y colaboración –habilidades que se han visto menguadas por la situación– e implementar y mantener actualizados sus canales digitales.
Adicionalmente, uno de los principales retos para el sector en relación con el retorno a las aulas en marzo es lograr que la modalidad semipresencial cumpla los requerimientos de la nueva normalidad, estipulados por las entidades del Estado, en el marco de la Resolución Ministerial 048-2022 del Minedu, y garantizar el aprendizaje de todos los alumnos que apuestan por una educación de calidad y, por supuesto, por un regreso seguro a sus aulas de clase.
Del mismo modo, constituye un hecho indiscutible que los entornos híbridos, el uso de software y aplicaciones, las aulas inteligentes y herramientas de gamificación han llegado con fuerza para quedarse y afianzarse en las metodologías de enseñanza de nuestro país como aliadas naturales del proceso de retorno.
La normalidad actual, si bien sigue pareciendo retadora para todos los actores de diferentes maneras, puede ser tomada como una gran oportunidad en todos los sectores, y también en el educativo. Es importante que las instituciones que brindan formación y conocimientos en el país sean de nivel básico o superior, tengan una visión más integral y renovada de las necesidades de su alumnado y de cómo el concepto de enseñanza ha adquirido un nuevo significado. No podemos regresar a las aulas de clases este 2022 con la misma perspectiva de hace dos años; es importante reinventarnos y encontrar canales, plataformas, herramientas, oportunidades, entre otros, que nos abran puertas hacia una educación inclusiva, de calidad y, sobre todo, lista para las eventualidades de la vida misma.
Fuente: El Peruano