Docente de Podología del Instituto Carrión brinda consejos para el adecuado cuidado de los pies de los niños en esta temporada del año


La licenciada Ángela Aguirre Huerta, docente del programa de Podología Clínica y Estética del Instituto de Educación Superior Daniel Alcides Carrión, advierte que el uso prolongado del calzado cerrado en la temporada de otoño, sumado a las actividades físicas que desarrollan los niños en su etapa escolar, crean las condiciones propicias para el desarrollo de problemas podológicos como hongos o mal olor.
“La falta de ventilación, y el ambiente cálido y húmedo dentro del calzado favorecen el desarrollo de infecciones por hongos, como el pie de atleta, además de propiciar el mal olor debido a la proliferación de bacterias. Asimismo, puede ocasionar rozadura, ampollas e incluso, a largo plazo, deformidades en los pies, como juanetes o dedos en garra”, indica.
Para evitar las infecciones fúngicas, la docente del Instituto Carrión nos ofrece algunos consejos que ayudarán a prevenir estos males en los pies de los más pequeños.
Elige el calzado adecuado. Opta por zapatos fabricados con materiales transpirables, como piel natural o tejidos técnicos. Evita aquellos de plástico o goma, que atrapan la humedad y elevan el riesgo e infecciones Un error frecuente es no dar importancia al tamaño y al material del calzado. Igualmente, a veces se elige un zapato solo por su aspecto estético o se hereda de hermanos mayores, sin comprobar que se ajuste bien al pie del niño.
Ayúdalo a mantener una higiene diaria. Enséñale a lavar sus pies todos los días con agua tibia y un jabón neutro. Asimismo, es fundamental secar bien, especialmente entre los dedos, para evitar la acumulación de humedad. Si el niño suda mucho o ha tenido problemas previos con hongos, se puede aplicar un polvo antimicótico.
Promueve el cambio de calcetines. Los calcetines deben cambiarse a diario y, de preferencia, optar por los de algodón, que ayudan a absorber el sudor.
Ventila el calzado. Lo ideal es no usar el mismo par de zapatos dos días seguidos. Si esto no es posible, se puede usar plantillas extraíbles para facilitar la ventilación y aplicar desodorantes o productos antimicóticos específicos para calzado.
“Una buena salud podológica en la infancia previene muchos problemas en la edad adulta. Es fundamental inculcar desde pequeños buenos hábitos de higiene y el uso adecuado del calzado. Además, ante cualquier signo de enrojecimiento, picor o cambios en las uñas o la piel, es recomendable consultar a un podólogo”, afirma.
Ángela Aguirre señala que, con pequeños cambios en la rutina diaria y una atención adecuada al calzado y la higiene, es posible evitar molestias que afectan no solo la salud, sino también la comodidad y el bienestar de los niños.
“Prevenir hongos y mal olor en los pies es una forma sencilla pero poderosa de cuidar su calidad de vida, permitiéndoles seguir activos, seguros y felices durante todas sus actividades”, afirma.
Ángela Aguirre, docente del programa de Podología Clínica y Estética del Instituto Carrión, comparte una serie de recomendaciones para que los niños tengan pies saludables.